sábado, 17 de octubre de 2015

Manualidades (no aptas) para veganos


Soy un fan acabado de la "cocina gore" (léase casquería), como dice Maese David de Jorge.
Riñones, corazón, criadillas, rabo, cabezas, lengua... TODO. Pero hay una cosa que me pierde todavía más: El tuétano de vaca, bueno, bonito y barato. Los huesos de caña me parecen imprescindibles tanto para elaborar un buen caldo, como para ligar un risotto o simplemente horneados y untados en una tostada con una pizca de sal Maldon®, un manjar.


Una vez hayamos disfrutado de su interior, nos queda el hueso. Bien, como soy partidario de reciclar todo lo que está a mi alcance y los huesos me parecen chulos, podemos darles "una nueva vida" (no es broma). Una vez que están bien limpitos de tuétano y de restos de carne, pónganlos a hervir un buen rato en agua con lejía, para que queden blanquitos.

Y dejen volar su imaginación... Un candelero o, un lapicero o un florero...


Prometo que esta foto no está pasada por ningún tipo de filtro vintage, no sé cómo hostias salió así.